LECTURA UD 5: PRIMEROS AUXILIOS I (REANIMACIÓN CARDIORESPIRATORIA)
1º ESO
REANIMACION CARDIOPULMONAR PEDIATRICA
Dr. Andrés Castillo Moya, Dr. Enrique Paris Mancilla
El paro cardiorrespiratorio (PCR) es la vía final común de una serie de condiciones y enfermedades graves. La etiología del PCR es distinta en los pacientes pediátricos y en los adultos. El paro cardíaco por causa primaria es infrecuente en la población pediátrica; sin embargo últimas revisiones han encontrado hasta un 15% de fibrilación ventricular en pacientes pediátricos. De esta manera, la causa más frecuente de PCR esta dada por enfermedades que producen insuficiencia respiratoria o circulatoria que progresa a la falla cardiorrespiratoria, produciendo hipoxia grave que conduce al paro cardíaco sin pulso. Entre éstas hay que destacar: Insuficiencia respiratoria aguda (IRA), asfixia por inmersión o bronconeumonías, síndrome de muerte súbita, TEC, politrauma con compromiso de vía aérea, primario o secundario, sofocación por cuerpo extraño, inhalación de gases tóxicos…
Pese a los adelantos y nuevos consensos en el tratamiento del paro cardiorrespiratorio, el pronóstico vital del evento ocurrido fuera del hospital continúa siendo muy bajo, no más allá de un 10% de sobreviva y la mayoría de estos pacientes tendrán secuelas neurológicas. El pronóstico puede mejorar, hasta un 50% de sobrevida, si el paro es sólo respiratorio y se practica reanimación básica rápida.
La reanimación cardiopulmonar, tanto básica como avanzada, forma parte de la respuesta a las situaciones de emergencia que conducen al paro cardiorrespiratorio. Esta cadena de respuesta es conocida como la Cadena de la Sobrevida, en donde cada uno de los eslabones es importante e indispensable para un buen resultado final. Debido a lo anterior es que el primer eslabón de la Cadena de la Sobrevida, la Prevención, cobra cada vez más importancia en el manejo actual del paro cardiorrespiratorio, por lo que todo responsable de un sistema de salud debe fomentar y favorecer la educación, que parte en los pacientes pediátricos desde la educación en hacer dormir de lado o espalda en los menores de 1 año, seguido por la prevención de traumatismos y accidentes con las siguientes medidas:
Uso de cascos de protección durante la práctica de bicicleta.
Uso de asientos de seguridad para automóviles.
Uso de rejas de al menos 1,5 metros de altura con puerta con llave alrededor de una piscina.
Los siguientes eslabones de la cadena de la sobreviva, luego de la Educación en Prevención son:
Reanimación Básica Pediátrica (RAB), Fácil acceso a un Servicio Médico de Urgencia (SMU), Reanimación Avanzada Pediátrica (RAP) y Atención Pediátrica Post-reanimación.
En este artículo sólo nos referiremos a las acciones a tomar durante la RBP y RAP dejando claramente establecido, que todos los eslabones de la cadena son igualmente importantes e indispensables, por lo que el fácil acceso a un SMU y la APR debería estar asegurado por el sistema de salud de cada país y ciudad.
La American Heart Association y la Fundación Interamericana del Corazón, han definido como Neonato a los pacientes durante sus primeros 28 días de vida, Lactante a los pacientes entre 1 mes y 1 año y Niño a los pacientes entre 1 y 8 años. El término Adulto, por razones prácticas, se aplica a las víctimas 8 años hasta la edad adulta.
REANIMACION BÁSICA PEDIÁTRICA (RBP)
La RBP consiste en evaluaciones y conductas secuenciales destinadas a sostener o restablecer la ventilación y la circulación efectiva en un pacientes en paro cardiorrespiratorio. Ésta es esencial para la eventual recuperación del paciente. Una vez determinada la conciencia y la respuesta del paciente, si ésta se encuentra ausente, el reanimador deberá gritar pidiendo ayuda y realizar RBP, si es necesario, durante un minuto antes de reevaluar y activar el SMU. Es importante considerar el contexto en que se encuentra el paciente en cuestión, pues no será lo mismo si un paciente es encontrado en el lugar de un accidente o encima de una cama o cuna.
El reanimador debe evaluar con rapidez la extensión de las lesiones y si el paciente esta consciente. Si el paciente no esta consciente pero respira, se debe dejar en posición de recuperación y activar el SMU.
Si el paciente no respira, se debe iniciar la secuencia del ABC de la reanimación cardiorrespiratoria pediátrica.
Vía Aérea Permeable La vía aérea del niño es estrecha y colapsable y se obstruye fácilmente por mucosidades, sangre o contenido gástrico. En el niño inconsciente la mandíbula se relaja y se va hacia atrás arrastrando la lengua que obstruye la faringe. La primera maniobra será colocar al niño en decúbito supino sobre una superficie lisa y firme, manejando con sumo cuidado la cabeza y la columna cervical. Se inclinará la cabeza y se levantará el mentón (posición de olfateo), observando si hay movimientos del tórax, escuchando si hay ruido de respiración y sintiendo el aliento (look, listen and feel). Si se sospecha daño cervical, se movilizarán cabeza y cuello en bloque, traccionando la mandíbula hacia adelante, sin extender el cuello para despejar la vía aérea.
Respiración Si el paciente comienza a respirar, se le dejará en posición de recuperación y se activará el SMU. Si el paciente NO respira, se deberá iniciar de inmediato respiración artificial, boca a boca o boca a boca-nariz o boca a nariz en el lactante. En el niño y adulto se realizará respiración boca a boca, cerrando suavemente la nariz al insuflar por boca, para evitar escape del aire. Se procederá entonces a dar dos respiraciones lentas de 1 a 1,5 segundos de duración que determinen una adecuada expansión del tórax. Se debe recordar que:
1. La respiración asistida es la maniobra más importante para recuperar al niño en PCR.
2. El volumen de aire a insuflar es aquel que expande el tórax del niño en una respiración similar a la normal.
3. Las insuflaciones deben ser lentas, para evitar que entre aire al estómago y lo distienda (riesgo de vómitos y aspiración). Si, pese a lo anterior, no se expande el tórax, se debe reposicionar la cabeza y volver a intentar. Si pese a lo anterior el tórax no se expande, se debe sospechar obstrucción de vía aérea por un cuerpo extraño, procediendo según corresponda a la edad del niño. Concomitantemente se debe buscar latido cardíaco.
Circulación Una vez permeabilizada la vía aérea y practicadas dos insuflaciones se debe evaluar la circulación. Las personas sin entrenamiento formal en reanimación no deberán buscar pulsos sino signos de circulación, es decir 1) movimientos del cuerpo, 2) movimientos respiratorios. Los profesionales de la salud, deberán buscar además de signos de circulación, la presencia de pulsos. En el lactante se debe buscar el pulso braquial y en el niño mayor, el pulso carotídeo. Si hay pulso sin que el niño respire, se debe continuar con respiración artificial con una frecuencia de 20 por minuto hasta la aparición de respiración espontánea, o durante 1 minuto antes de iniciar la activación del SMU. Si se constata ausencia de signos de circulación o pulso, se debe iniciar masaje cardíaco coordinado con ventilación artificial.
Masaje cardíaco
Consiste en comprimir continua y rítmicamente el tórax para impulsar la sangre hacia los órganos, mientras se espera pasar a la Reanimación Avanzada. Esta maniobra debe ir acompañada de respiración artificial. El niño debe estar sobre una superficie lisa y dura, en posición supina. La posición del corazón en el niño es más baja y la mejor zona de compresión es la mitad inferior del esternón. En el lactante, comprimir con dos dedos (medio y anular), un dedo por debajo de una línea imaginaria intermamilar, con una profundidad de un tercio a la mitad de la profundidad del tórax con una frecuencia de 100 por minuto. Una técnica alternativa y preferida en los lactantes dependiendo de su tamaño es la técnica de "dos pulgares con manos rodeando el tórax". En ésta se busca por el reborde costal el fin del esternón y con un dedo sobre este punto y sobre el esternón se realiza la compresión del tórax con los dos pulgares, rodeando el tórax con el resto de ambas manos. En el niño, se debe comprimir también en la mitad inferior del esternón, utilizando el talón de la mano hasta una profundidad de la mitad a un tercio de la profundidad del tórax con una frecuencia de 100 por minuto. En el paciente mayor de 8 ó 10 años se debe usar el método de adultos, que es igual al anterior con la diferencia que los dedos de la mano sobre el esternón deberán ser tomados por los dedos de la otra mano.
Coordinación de masaje y ventilación.
La compresión del tórax debe acompañarse de ventilación artificial con una relación de 5 compresiones por 1 ventilación para lactantes y niños, tanto con uno como dos rescatadores. En pacientes 8 años y adultos, tanto para uno y dos rescatadores, se recomienda una relación de 15:2 hasta que la vía aérea esté asegurada. En este punto, se sugiere una relación de 5:1 compresión y ventilación.
Si se logra reanimar al paciente, éste se debería trasladar a un centro asistencial adecuado, manteniendo la permeabilidad de vía aérea, ventilación y circulación. Por esta razón, el traslado debería realizarlo un SMU que permita una adecuada continuidad de las maniobras de RBP y el inicio de la RAP.
En la actualidad, se considera dentro de las maniobras de reanimación básica para profesionales de la salud el aprendizaje y uso de las bolsas autoinflables de reanimación (ambú) junto con el uso adecuado de mascarillas pediátricas.
[...]
Recordad que debéis realizar un breve resumen del texto y expresar vuestra opinión personal acerca del mismo. Todo ello lo debéis publicar en el apartado de comentarios de esta entrada. El plazo para la tarea finaliza el próximo 20 de febrero de 2012, a las 22.00 horas. No olvidéis escribir vuestro nombre completo y el grupo al cual pertenecéis (1º A, 1º B, 2º A y 2º B).
1 comentario:
El texto nos habla sobre los paros cardiorrespiratorios (PCR) y sobre la Cadena de Sobrevida, cuyos eslabones son:
La Prevención, la Reanimación Básica Pediátrica (RAB), el Servicio Médico de Urgencia (SMU) y la Atención Pediátrica Post-Reanimación.
El texto es muy interesante y entretenido.
Ignacio Zarracina Granda 2º B E.S.O.
Publicar un comentario